8 cualidades de un jefe verdaderamente grande

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- Gilberto Cornejo
No hay nada peor que trabajar para un mal jefe. No importa cuán bueno sea todo lo demás en su mundo, si tiene un gerente que es incompetente, malo o cualquier cantidad de otros adjetivos negativos, realmente puede arruinar su calidad de vida. Si has tenido uno de estos limones, definitivamente sabes que no quieres ser uno. Aquí, cómo evitar este destino y convertirse en un favorito.
1. Contratan a personas que saben más que ellos.
Los líderes inseguros quieren ser las personas más inteligentes de la habitación. Los líderes seguros no tienen reparos en contratar personas que conocen cosas que no, después de todos, solo los hará ver bien a través de mayores probabilidades de éxito.
2. Reconocen los logros de sus empleados.
Este es obvio, pero hay advertencias que reconoce el reconocimiento cuando sucede de inmediato. Cuanto más tiempo, un gerente espera aplaudir a sus empleados para un logro, menos importa. Además, es importante que los empleados sean reconocidos de manera auténtica. En lugar de un premio mensual, por ejemplo, un buen gerente reconoce los logros de una manera específica que se siente genuino.
3. Son buenos comunicadores.
Las personas pasivas-agresivas o los no comunicadores absolutos no son ideales para trabajar, ya que decodificar los pensamientos y sentimientos de la persona responsable de pagar su salario puede ser increíblemente estresante. Los mejores gerentes son honestos y abiertos, y no dejen que la tensión se acumule en el lugar de trabajo. La comunicación abierta puede ser difícil en entornos profesionales, por lo que aquellos que se destacan por esta habilidad realmente se diferencian.
4. Protegen a sus empleados.
En un momento u otro, todos tenemos jefes que nos arrojan debajo del autobús cuando las cosas salen mal. Los buenos gerentes no hacen esto, asumen la culpa y luego trabajan con aquellos que les informan para corregir el problema.
5. Son positivos.
No hay nada peor que un gerente que se centre únicamente en las fallas o deficiencias de sus empleados. Un buen gerente es positivo y optimista, al menos externamente, las emociones son contagiosas. Una vez que un lugar de trabajo se infecta con malas vibraciones, se propagan como incendios forestales, y a menudo comienza desde la cima.
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Esta publicación apareció originalmente el 19 de julio de 2017 en el informe Zoe.